“Qué es la América? ¿ Es acaso esta la vez primera que vamos a preguntarnos quiénes eramos cuando nos llamaron americanos y quienes somos cuando argentinos nos llamamos.¿Somos europeos? _¡ Tantas caras cobrizas nos desmienten!¿Somos indígenas? _ Sonrisas de desdén de nuestras blondas damas nos dan acaso la única respuesta.¿Mixtos? _ Nadie quiere serlo, y hay millones que ni americanos ni argentinos querrían ser llamados.¿Somos Nación? ¿ Nación sin amalgama de materiales acumulados, sin ajuste ni cimiento?¿Argentinos? _ Hasta dónde y desde cuándo, bueno es darse cuenta de ello.”Domingo F. Sarmiento“Conflicto y Armonías de las Razas en América” - 1883
“Somos indios, somos españoles, somos negros, si quereís, pero somos lo que somos y no queremos ser otra cosa”Manuel UgarteDel Discurso pronunciado en la Asociación de Estudiantes de Caracas, el 13 de octubre de 1912.
En
“Recuerdos de Provincia” (1850), Domingo Faustino Sarmiento , parece ocuparse
de su genealogía, y siguiendo una línea ascendente que parte de su madre, Paula
Albarracín, se remontará hasta un jeque sarraceno, llamado AL BEN RAZIN, quien
en el contexto de la ocupación musulmana de la Península Ibérica,
fundó una familia y conquistó una ciudad a la que dio su nombre, siendo que
ALBARRACIN, tal su actual denominación en la provincia de
Teruel (España), solo constituye una derivación de éste.
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Alcázar de Albarracín (www.aragon.es/estaticos/.../02%20Taifa%20musulmana.) |
No obstante
que Sarmiento atribuyera su fisonomía “completamente árabe” al citado y lejano
ancestro, lo cierto es que su verdadero origen se encontraría mucho más
vinculado a los beréberes del Africa del Norte
que a los árabes con quienes creyó relacionarse. Ocurre que , como bien
señalara el Dr. Bosch Vilá, eminente catedrático Numerario de Historia del Islam de la
Universidad de Granada, “La historia islámica de la península es, en una parte
nada despreciable, una historia de los Beréberes y de su intervención en el
continente europeo”
Al mando del liberto TARIQ b.
ZIYAD, tropas compuestas por unos 12.000 beréberes – entre los cuales se
contaban aquellos que eran mestizos de negros en virtud de los contactos
establecidos con las tribus del Africa Subsahariana Occidental- y de un escaso
número de elementos árabes ocuparon la
Península Ibérica en el siglo VIII. Este pueblo beréber , había sido islamizado por vez primera entre
los años 640 y 705, poco antes de emprenderse la conquista de la Hispania , y
puede decirse que su territorio abarcaba
lo que hoy es Tunez , Argelia, Marruecos , el Noroeste de Libia e
incluso Siwa en Egipto.
Por otra parte, el
estudioso Atgier ha sostenido que lo beréberes procedían originariamente de
Europa siendo posterior su establecimiento en el Africa septentrional, como sea
, lo cierto es que el geógrafo e historiador , Beltrán y Rozpide entendía que “ eran blancos, y al mezclarse …resultó una
población en la que había y aun predominaban los individuos de color moreno
obscuro; á todos denominaron moros los romanos.Si entre
griegos y romanos moro equivalía á «negro», en la lengua de bereberes
negro se decía y se dice berik. En varios dialectos de esas
gentes el masculino plural se forma con el prefijoi] iberik, pues,
significa «los negros,» En otros dialectos seprescinde del prefijo, y berik es
lo mismo en plural. Sí en estevocablo suprimimos la terminación ik, que
adjetiva, así como ico en ibérico,
y se dobla la radical ber—lo que es bastante comúnen los idiomas del
Norte de África—obtendremos la vozberber. Resulta, pues, que moro,
ibero y beréber indican…un mismo pueblo primitivamente negro, que se
ha ido modificando por mezcla con otros que sucesivamente fueron invadiendo el
país.”
A pesar de la escasa valoración
que los estudios históricos parecen haber dado al componente beréber en la
conquista del territorio hispano, los beréberes continuarían expandiéndose e
incluso en algunos casos, aventajando en número al elemento arábigo.
“Sabidas estas victorias en
Africa, fue tanto el número de Africanos que creció en España que todas las
ciudades y villas se hincheron dellos, porque no pasaron como guerreros
sino como pobladores con sus mujeres e hijos, en tanta manera que la
religión, costumbres y lenguas corrompieron, y los nombres de los pueblos , de
los montes, de los ríos y de los campos se mudaron”, se lamentaba Luis del
Mármol Carvajal, un historiador español de fines del siglo XVI.
Entre los grupos beréberes que
pasaron a la Península
Ibérica en el siglo VIII, puede contarse el de los “HAWARA” ,
del tronco de los Botr y al cual pertenecía la familia de los BANU RAZIN. Los
asentamientos correspondientes a esta comunidad Hawara son reconocibles
porque al comienzo de sus respectivas denominaciones aparecen los prefijos banu
o beni y su presencia se esparció
por el centro, sur y este de la
Península, siendo que en lo que a la familia de los BANU
RAZIN atañe, ésta se posicionó en el
macizo ibérico entre Teruel y Cuenca , con el propósito de defender las
fronteras de lo que se conocía como
“Al-Andalus” , es decir, el territorio que efectivamente estuvo bajo poder
musulmán.
Será Bosch Vilá nuevamente
quien señalando que los Hawara fueron uno de los primeros grupos beréberes
establecidos en estas tierras fronterizas de Al-Andalus, describe a una de sus
fracciones, los BANU RAZIN, como una familia “numerosa y rica” y que
ocupando “castillos al sur de la actual provincia de Teruel llegaron a
constituir en Santa Mariya al-Sarq (Santa María de Ben Razin ) , una dinastía
taifa…”
Los HAWARA o HUARA o HOUARA , habían habitado antiguamente el Fezzan
Libio y conforme a los estudios realizados por el francés Charles Foucauld , el
término “HUARA” debe asociarse con el vocablo “AHAGGAR” (tuareg noble).
Posteriormente emigrarían hacia la costa del Norte de Africa , pasando a
dominar a las antiguas poblacionesque
allí se asentaban e integrarse étnicamente.
Y hay más, en 1950, cien años después de la publicación de “Recuerdos
de Provincia”, se traducía al español “Historia de la España Musulmana
hasta la caída del Califato de Córdoba” , obra del prestigioso islamólogo
franco-argelino, Evariste Levi Provencal, sustentando asimismo, el citado
origen beréber de los BANU RAZIN.![]() |
Domingo Faustino Sarmiento |
Sí, en la
visión de Bosch Vilá, las “inestimables páginas que enriquecen el caudal de
la literatura y de las ciencias árabo-islámicas” son testimonio del legado
de algunos reinos taifas, como lo fue el constituído por los Banu Razín; el
elemento beréber en general, dejó visibles huellas en lo antropológico y en lo
linguistico , del mismo modo que en lo genético y cultural y, tal como lo
sostiene el mencionado autor, al producirse su expulsión de España - entre 1611 y 1613- los hubo que ,
“escondidos o de modo fraudulento fundidos con la población española, seguían
llevando, cada vez menos sangre beréber en sus venas y se desplazaban , de
forma humillante, a las nuevas tierras de América “. Por ello no
resultará sorprendente ni casual que
Cristobal Albarracín,el primer ancestro de Sarmiento, establecido en territorio
americano , hubiera arribado aquí , precisamente al iniciarse el siglo XVII.
A nada relacionado con
esta impronta beréber se hará mención en “Recuerdos de Provincia” pero
su autor, sí rememorá , en cambio, que estando en Argel se sintió halagado al
ser confundido como un árabe. ¿Resulta esto creíble? Habría que forzar mucho la
imaginación para que así fuese. Dejando a salvo la suposición que con ello
conseguía molestar a los españoles, bastaría conocer , en todo caso, en cuánto
de la influencia “árabe” cifraba Sarmiento el atraso de una España que en su
perspectiva continuaba viviendo en plena Edad Media a pesar de hallarse ya a
mediados del siglo XIX.
Sabida es la
admiración que Sarmiento profesaba por los Estados Unidos y menos conocida la poca estima en que tenía a
Nueva Orleans, ciudad portadora de un importante elemento hispánico en su
composición poblacional. Bien, es precisamente desde este lugar donde un
periódico español titulado "La Patria", decide responder a los
ataques que Sarmiento hiciera a la literatura española, negándole valor alguno.
"La Patria", dirigida por Victoriano Alemán y Eusebio J. Gomez, daba
la bienvenida por 1850 a quien poco después pasaría a integrar aquella
dirección, reproduciendo un artículo en el cual el estadista, diplomático y
periodista , Jose Antonio
de Irisarri, en una
clara referencia a Sarmiento y sus consabidas acusaciones al legado hispano, se
animaba a contestarle:
"Conviene al interés de la América española que se conozca la literatura de la nación que dio su lengua y sus costumbres a tantos millones de hombres, para que se destruya la falsa idea que han querido generalizar entre nosotros algunos escritores ignorantes, de que en España no hay libros que leer. Y ahora recuerdo , que no ha muchos años que un escritor argentino en Chile, queriendo convencer al público de la conveniencia de adoptar un nuevo sistema de ortografía, que en nada se diferenciaba del que usan los carreteros en Andalucía, sostenía que no se había escrito en español una obra que mereciese la pena de leerse, pero lo que consiguió este ortógrafo moderno fue demostrar que ignoraba completamente el español y todo lo que tenía que relación con la España”
Bibliografía:
ALBERDI,J.B. Escritos Póstumos de Juan B. Alberdi Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica. 1900
BELTRAN Y ROZPIDE, RICARDO Vascos, íberos, moros , bereberes. 1906 www.cervantesvirtual.com/obra/vascos-beros-moros-bereberes-0
BIALET MASSE,JUAN Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas 1904
BOSCH VILA,JACINTO La berberización de Al -Andalus 1976
CUNEO, DARDO Sarmiento y Unamuno 1946 Edit.Poseidón
ENDREK, EMILIANO El mestizaje en Córdoba 1966 Univ. Nac. de Córdoba
GARRELS, ELIZABETH Sobre indios, afroamericanos y los racismos de Sarmiento (http://web.mit.edu/fll/www/publications/images/Garrels-RacismosSarmiento1997.pdf)
LEVI PROVENCAL, EVARISTE Historia de la España Musulmana hasta la Caída del Califato de Córdoba. 1950
MORENO, B.F Distribución y asentamientos de tribus beréberes (Imazighen) en el territorio emeritense en época emiral (S.VIII-X)
RODRIGUEZ GALAN, MARTA B. La conceptualización de la cultura en la obra de Sarmiento e implicaciones en su política educativa http://www.ucm.es/info/especulo/numero29/sarmient.html
SARMIENTO DOMINGO FAUSTINO Obras digitalizadas en:
www.archive.org › ... › University of Toronto - Robarts Library
Recuerdos de Provincia (1850)
Viajes en Europa , Africa y América (1847)
Conflicto y Armonía de Razas en América (1883)
y Volúmenes I, XXXVI, XXXIX, XLVIII
SHAMSUDDIN ELIA , RICARDO HORACIO Reconstrucción historiográfica de las señas mudéjares del gaucho http://dergiler.ankara.edu.tr/dergiler/19/1268/14600.pdf
UGARTE, MANUEL Discurso pronunciado en la Asociación de Estudiantes de Caracas , 13 de octubre de 1912.
VERNET JUAN en La Invasión Arabe en España www.robertexto.com/archivo19/invasion_arabe.htm
"Conviene al interés de la América española que se conozca la literatura de la nación que dio su lengua y sus costumbres a tantos millones de hombres, para que se destruya la falsa idea que han querido generalizar entre nosotros algunos escritores ignorantes, de que en España no hay libros que leer. Y ahora recuerdo , que no ha muchos años que un escritor argentino en Chile, queriendo convencer al público de la conveniencia de adoptar un nuevo sistema de ortografía, que en nada se diferenciaba del que usan los carreteros en Andalucía, sostenía que no se había escrito en español una obra que mereciese la pena de leerse, pero lo que consiguió este ortógrafo moderno fue demostrar que ignoraba completamente el español y todo lo que tenía que relación con la España”
Paradójicamente al atacar a
Sarmiento de este modo, Irisarri terminaría concordando con él en cuanto a
denostar al sur de España que era donde más evidentes se habían hecho , a lo
largo de 800 años de dominación, los rasgos de la cultura árabe y beréber.
En “Recuerdos…”, Sarmiento
cuenta que una tía suya, “casi mendiga”, ofendida al no ser saludada en su paso por las calles
y atribuyendo esta omisión a su pobre condición, alegaba que seguramente el sujeto en cuestión
tendría entre sus ancestros algún zambo o mulato. Esto además de otros
prejuicios de su pariente respecto a los “hijos de Mahoma”, lleva a su sobrino a concluir que poca gracia
le hubiera hecho el enterarse de esta procedencia arábiga que él creía haber
descubierto en su familia.
Del mismo modo que no es fácil
darle credibilidad al sentimiento de satisfacción que este origen produjera en
el espíritu sarmientino, sí en cambio, es factible ver un reproche en la
alusión a los prejuicios de su tía Albarracín. Por el contrario y aunque
sin lograr dejar de lado las teorías
racistas que siempre mostró seguir , Sarmiento, se ocupa de dejar constancia de
su admiración al mulato, al punto de acusar de injusto el término mismo que así
lo designa:
“El mulato se levanta en el
Brasil amenazando vengar bien pronto las
injurias hechas a su tostada madre. Raza útil que conserva la sangre ardiente
del Africano, templada para bullir bajo los rayos verticales del sol; al mismo
tiempo que la organización de su cráneo lo liga a la familia europea. Dumas,
Heredia, Petión, Barcalá, aquellos hombres notable brillan por las artes, la
música , la poesía y las ciencias médicas” (Viajes en Europa, Africa y
América”1847 )…”Mulato trae su origen de
mula – exclamaba indignado Sarmiento
en un artículo publicado por julio de 1842 en El Mercurio- mezcla de
dos razas distintas que producen entre el caballo y el burro la mula, y entre
el hombre blanco y la mujer negra el mulato. Ya verán nuestros mulatos todo el
honor que les han hecho los caballeros que inventaron la palabra”
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D. F. Sarmiento Caricatura publicada en "El Mosquito", 1870. |
Se ha sostenido que su
“defensa” del mulato lo fue solo en tanto y en cuanto este se hallaría en lo
que para Sarmiento era un “vrituoso” proceso de blanqueamiento y por otro que
se sentía identificado con ese progreso – en clave republicana- experimentado
por alguien , que viniendo de un hogar con escasos recursos económicos, cómo a
él mismo le sucediera, había podido superarse por sus propios méritos. Puede
ser acaso, por qué no, que como en un espejo , hallara en el mulato
inconfundibles semejanzas. Al menos así sería caricaturizado entre 1870 y 1882,
y ya no podría ignorarlo.
“El Mosquito” , un
popular periódico satírico, no vacilaba en representarlo acentuando sus rasgos
más típicos y enfocándose en la prominencia de su labio inferior así como en
otros aspectos fisonómicos suyos. Son
imágenes que de modo elocuente lo muestran como un “mulato” para no hablar de
la que aparece como un mono al lado de su admirado Darwin, en un alarde
xenófogo que nada tenía que envidiarle a muchas expresiones del propio
Sarmiento.
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D.F. Sarmiento leyendo un discurso en honor a Darwin Caricatura de "El Mosquito" , 1882. |
Otro vivo ejemplo del
prejuicio racial imperante contra los mulato es observable en la Córdoba de
fines del siglo XVIII e inicios del XIX. El hecho de que, por 1778, el 60 % de la población de la provincia
correspondiera a indios, negros, mestizos y mulatos llevó al reconocido
historiador Emilio Endrek a deducir que fue en la campaña cordobesa donde “las
relaciones sociales no encontraban tantas barreras infranqueables como en el
núcleo urbano”, asegurando que “debemos aceptar –salvo alguna otra
explicación- que los habitantes de la campaña se habían blanqueado muy
rápidamente, lejos de la aristocracia ciudadana, tan meticulosa en lo que
genealogía se refiere. Muchas familias “pardas” de la campaña se convirtieron
en “blancas” a pesar, muchas veces, del tono bronceado de la piel, resabio
ineludible de la pigmentación africana”
Corre ya, 1883 y Sarmiento
se ocupa de narrar lo acontecido por 1870 cuando en su carácter de Presidente
de la República, asistió a la primera Exposición de la Industria Nacional,
celebrada en la ciudad de Córdoba. Allí fue sorprendido por un reclamo
efectuado por un grupo de artesanos que conformaba la llamada “Cofradía de
los Negros”. Tratábase de una disputa que versaba sobre el tamaño de la
imagen de la Virgen. La que debían portar los reclamantes –pertenecientes a la
orden tercera del Rosario- era considerablemente más pequeña que la que
llevaban los de la segunda orden, formada por blancos. Según el relato,
Sarmiento llega casi al sofocamiento y
enfurecido no dá crédito a lo que le
esta sucediendo, esto es, que se someta su espíritu profundamente anticlerical
a cuestiones no solo religiosas sino también a cuestiones completamente ajenas
a los asuntos vinculados al “progreso” del país que allí lo convocaban. Es
entonces que intenta explicar las razones de su desconcierto tanto como las
verdaderas causas que motivaron al grupo señalado a solicitar su intervención
en el citado litigio, y lo hace reclamando “ ponerse en el lugar del
Presidente…que cuando esperaba una petición digna de un pueblo en que tan
costosas innovaciones acumulaba, oir estas quejas de sacristía, sin saber, si
reír a carcajadas y humillar más a quellas buenas gentes, o estallar , como le
venían ímpetus, en gritos de indignación contra la superstición que había a ese
grado falseado el ideal de las aspiraciones humanas, reduciéndolo al tamaño de
imágenes o figuras de madera tras las cuales se mueve la muchedumbre estólida”.
Así además de indicar la incompatibilidad de la situación que afectaba a
estos artesanos-cofrades con la igualdad que la Constitución aseguraba a todos
los ciudadanos, entiende Sarmiento que lo que verdaderamente les ocurrió es que
“tuvieron vergüenza sin duda de decirle al Presidente que la cuestión de las
vírgenes disimulaba la de las razas, la de nobles y plebeyos, la de los blancos
, y los negros o mulatas”
“Ya no quedan negros en
Córdoba-afirmará- pero en los documentos y tramitaciones de las ordenes, y de
los frailes se llama la tercera orden; la orden de negros y mulatos y por
abreviación de negros hasta hoy” , aclarando que la segunda orden estaba
compuesta por blancos “llamados los nobles”
en tanto que la tercera orden estaba compuesta por los esclavos del
convento, “negros en su origen, ambos
mulatos cuarterones, hasta que viniendo
la libertad de vientres se
disolvieron por la libertad, los ranchos de los conventos...El Congreso de 1813
emancipó a los ya mulatos conventuales y la Guerra de la Independencia se hizo
con el concurso de la sangre africana.
Bustos (también mulato, conforme a la crónica sarmientina) deserta del Ejército
de la Patria con dos batallones de negros. Al fin el color desaparece; la
mulata cordobesa se eclipsa- parece celebrar el autor-; y la igualdad se establece en las costumbres
civiles. Solo la Iglesia mantiene la
división de castas , con dos cofradías, con dos vírgenes que mantienen la
superstición de la forma”
Si tal como lo dejara expuesto en
los anteriores párrafos transcriptos de “La Escuela Ultrapampeana”, ya
no quedaban más negros, la causa real habrá de hallarse en aquello que
contribuyó a provocar su brutal exterminio, pero mulatos siguió habiendo y
muchos, no obstante la insistencia de Sarmiento en negar su perdurabilidad y el
entusiasmo puesto en aquello de que si “el color desaparece”,
seríamos todos iguales...de blancos.
Así y en una clara manifestación de lo
podría leerse como parte de un ascendente proceso social, los mulatos lograban
visibilizarse en importantes acontecimientos de la Córdoba urbana que venían
teniendo lugar en los inicios del siglo XX. Tal, lo que refiere Juan Bialet
Massé en su “Informe sobre las Clases Obreras de la República Argentina”
(1904), advirtiendo que, aunque con contramarchas, venían dándose algunos
avances en aquella provincia:
“¡Hay tanto
ciego y desmemoriado que ven que si los modos característicos se conservan, las
figuras se van cambiando! En elúltimo de
los grandes bailes a que asistí, una niña me decía:- ¿No ve mi viejo? Cuanto
mulato en el club, en el teatro, en todas partes invaden.
_ Es, niña, le
contesté , que el que se mueve avanza, y
el que se estaciona queda tan atrás, que
no se le tiene en cuenta...Estos ocuparon el lugar de los flojos y los
vencidos”
La observación de Bialet sobre
el favorable cambio operado parecía venir a concretar los anhelos expresados
por Sarmiento, mucho tiempo atrás, al reclamar, en el antes citado artículo del
periódico El Mercurio, que había llegado el momento de “avergonzarse
de que el plebeyo,el mulato con talento, con virtudes, sea despreciado y
mantenido en una inferioridad inmerecida”
A la apuntada coincidencia
de pareceres, impugnando la discriminación padecida por los mulatos, se
sumaban, en el caso, relaciones de parentesco entre ambos. Juan Bialet Massé,
estaba casado con una pariente del autor de “Recuerdos de Provincia”.Su esposa, Zulema Laprida, hija de Amado y de Tita Brihuega Albarracín
compartía con Sarmiento un ancestro común en la persona de Juan Albarracín y
Pereira, siendo este último, a su vez, un descendiente directo del
anteriormente nombrado Cristobal Albarracín, el primero de la familia en llegar
a estas tierras al principiar el siglo XVII.
En 1973, a casi cien años del
establecimiento en el país de mi bisabuelo paterno, Juan Bialet Massé, uno de
sus nietos sería magistralmente caricaturizado por el inigualable trazo de
Hermenegildo Sabat. De nuevo, entonces, vendrían a aparecer los rasgos pronunciados de la boca y el labio
inferior sobresaliente, ese lugar donde , acaso, la impronta beréber de los Albarracín
había decidido quedarse para continuar emergiendo una y otra vez como marca
indeleble... Se reiteraba así, aunque renovado,
aquel perfil que en la particular visión de los cronistas españoles del
siglo XVIII , sería lo opuesto a lo que podía considerarse su ideal de lo
“correcto”.
Alejandro Díaz Bialet Caricatura de Hermenegildo Sabat, Clarín, 1973. |
En “Unamuno y Sarmiento” ,el
escritor, político y periodista , Dardo Cúneo se propuso abordar el replanteo
identitario al que se circunscribió la Generación del 98´ español, en el marco
de la crísis político y económica por la que atravesaba su país. En esas
circunstancias, varios de sus integrantes buscaron conocer los rastros dejados
por una raiz africana en la formación de la sociedad ibérica.
Entre otros, fue el portugués
Oliveira Martins quien señalando una época muy anterior a la de la conquista
musulmana, refiere que los primitivos habitantes de España tuvieron el mismo
origen que los del Africa septentrional, pudiendo observarse pruebas de ello
tanto en la dolicocefalia común como en el cotejo de los monumentos megalíticos
del terciario español con los africanos. De acuerdo a esto , sería entones
posible hablar de un doble mestizaje. El primero de ellos , con su
correspondiente integración cultural habíase producido en épocas antiquísimas y
en una España transitada por tribus beréberes norafricanas; el segundo
originado en los amancebamientos y uniones entre los conquistadores españoles
con las mujeres de diversas etnias
originarias de este continente es tributario del primero , en tanto y en
cuanto, este lofacilitó y aceleró al constituirse en la causa por la cual los
españoles no hallaron grandes diferencias entre ellos y las mujeres del
territorio conquisto en lo que hace al color oscuro de su tez, su talla o
constitución ;como tampoco parecen haberla hallado, a la luz de la progenie de
zambos y mulatos , habidos con las esclavas
traídas a un continente que en eras pasadas estuvo unido al de Africa,
tal como lo han sostenido reiteradamente estudios geológicos sobre el tema.
Esta antigua unidad de Africa
y América no fue una cuestión ajena a Sarmiento. De hecho, llegó a plantearla
al aludir a la posibilidad de una América que en tiempos prehistóricos estuvo
“ desprendida de Europa y Africa por desgarramiento y separación, en dos
partes, de un viejo continente común” y a la que “aproximando en espíritu
aquellas dos hojas se haría fácilmente convenir la parte convexa del Africa con
la cóncava de América”.
Algo similar ocurriría entre la
costa sur de España y la del norte de Africa, favoreciendo que la ocupación
musulmana y su posterior expansión, con su componente árabe y beréber, se
limitara en definitiva, a retomar caminos que resultaron ser tan naturales como
familiares a los efectos de su tránsito, tal como oportunamente lo ha hecho
notar el autor de “Sarmiento y Unamuno”.
“Conflicto y Armonía de Razas en América” (1883) , obra donde queda
señalada la ya citada y remota unión de ambos continentes fue el fruto tardío
de un Sarmiento que ingresaba en la etapa final de su existencia. Es algo
sabido que no gozó de lo que puede reputarse como una buena recepción siendo
absurdamente más criticada por hacernos saber
que no somos europeos que por el tono acusatorio que usó para culpabilizar
al mestizaje de la “América Española” de males del país que si bien, se creían
conjurados, los hechos venían demostrando que ni la Constitución sancionada en
1853 había logrado rescatarnos, y según su autor, la situación empeoraría al
vernos cada vez más alejados de parecernos a un país civilizado y republicano
cuyo ideal se encarnaba en los Estados
Unidos.
Allí y de un modo
contradictorio, al mismo tiempo que insistiría en la necesidad de una
inmigración , que en remedio de los males señalados, vendría a seguir nivelando
culturalmente a la población; por otro lado, daba cuenta de las grietas que
parecían desmentir las excesivas esperanzas y bondades atribuídas a un proyecto
inmigratorio del que era, sin duda, su principal promotor: “desgraciadamente,
los emigrantes afanosos por mejorar de condición y enriquecerse –dolíase
Sarmiento- mal preparados como vienen para la vida , por no haberla
ejercitado en sus propios países, agravan el mal, al parecer lejos de
remediarlo” Algunos años antes, por 1878, había escrito que “cada
extranjero que de veinte años aca se ha establecido en el país, y se siente
feliz, ignora que hace treinta hubo un argentino que hizo de la inmigración su
objetivo como base del desarrollo”,
a lo cual agregaba una observación suya sobre lo que interpretaba como
un obvio proceso de desnacionalización, lamentándose que “de la fiesta de San Martín se apoderaron los italianos, los españoles
reclaman se quite de la canción nacional lo que no les place, en su carácter
de españoles que no quieren ser argentinos…”
Con estos y otros antecedentes, Sarmiento
concluye explicándose lo descripto nada menos que por Estrada, y se ocupa de
citarlo con las siguientes palabras:
“Vive dice, la sociedad de Buenos Aires, de preocupaciones ajenas, extranjeras;
de hábitos imitados, extranjeros: de lenguas e idiotismos, extranjeros; del mercantilismo , extranjero…del
materialismo, extranjero”
Finalmente admitirá coincidir
con su conocido adversario al afirmar :
“Así es claro el pensamiento, Estrada ha
dado en el clavo, esta vez y no en la herradura. El mercantilismo es una
religión como cualquier otra, y a falta de Dioses espirituales se adora la
materia. El sol y el oro son dos
generadores del mundo: el sol produce vacas, animando la vegetación , el oro
las compra y dá lugar al agio sobre todo que es un culto , con sus ceremonias
que absorben todas sus facultades. El Banco es la Patria”.
Sarmiento reniega aquí del
porteño aquel que en vez de decirse argentino, haciendo carambolas con el
antepasado que más a mano encuentre, se pone a exclamar “con énfasis: ¿Soy
inglés, eh! ¡francés, eh! Le molesta
profundamente que ello acontezca cuando la República Argentina tiene una ley de
naturalización calcada sobre la del padrón de los Estados Unidos, país donde a
ningún extranjero se le ocurriría decir “golpeándose el pecho: ¡ Yo soy inglés,
soy italiano o soy sueco! “ sencillamente porque “tales ideas no pasan allí por
la cabeza de nadie sino cuando esta borracho o atacado de nostalgia”
Sarmiento, polémico, renegado, contradictorio, el
que -al decir de Alberdi- “detesta la sangre cuando no es el quien la
derrama”, “aborrece los golpes de estado cuando no los da el mismo”, y
hasta proclama “No se matan las ideas”
solo “cuando son las suyas pero es un
troppman para las ideas de los otros…” Es ese mismo Sarmiento desencantado
ante los resultados que arrojara la política inmigratoria que tanto hubo de
alentar junto a otros de su generación, quien en una suerte de reconocimiento
implícito de este fracaso, parece dar marcha atrás e indagando en nuestra
identidad, se formula la pregunta acerca de si somos mixtos, y son tristemente
todavía muchos los que actualizando su propia práctica renegatoria parecen
responderle con un “NADIE QUIERE SABERLO”.
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D.F. Sarmiento |
BELTRAN Y ROZPIDE, RICARDO Vascos, íberos, moros , bereberes. 1906 www.cervantesvirtual.com/obra/vascos-beros-moros-bereberes-0
BIALET MASSE,JUAN Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas 1904
BOSCH VILA,JACINTO La berberización de Al -Andalus 1976
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GARRELS, ELIZABETH Sobre indios, afroamericanos y los racismos de Sarmiento (http://web.mit.edu/fll/www/publications/images/Garrels-RacismosSarmiento1997.pdf)
LEVI PROVENCAL, EVARISTE Historia de la España Musulmana hasta la Caída del Califato de Córdoba. 1950
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www.archive.org › ... › University of Toronto - Robarts Library
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Viajes en Europa , Africa y América (1847)
Conflicto y Armonía de Razas en América (1883)
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SHAMSUDDIN ELIA , RICARDO HORACIO Reconstrucción historiográfica de las señas mudéjares del gaucho http://dergiler.ankara.edu.tr/dergiler/19/1268/14600.pdf
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