sábado, 21 de noviembre de 2015

SE DICE DE MI Sobre la vida y obra de de Juan Bialet Massé / Textos de Horacio González, Gregorio Bermann, Arturo Frondizi, Roque Saenz Peña, Leopoldo Lugones, Alfredo Palacios, entre otros.

En su libro Bialet cuestiona la idea que predominaba en el pensamiento positivista, que dictamina sobre la clase trabajadora criolla considerándola ociosa: no estaba en condiciones de participar de la gran aventura de construir un país capitalista. La idea de Bialet era la construcción de un país moderno, tema que nunca ha cesado en la imaginación política argentina y tendrá un epicentro en los años del gobierno peronista, cuyos temas de fondo son el desarrollo, la movilización social y una pedagogía comunitaria, basada en utopías de felicidad pública, antiguo concepto jacobino al que el peronismo dotó de ciertos tintes relacionados con el festejo de goce colectivo. El primer peronismo y sus derivaciones posteriores reconocieron siempre a Bialet como uno de sus decisivos antecedentes.Horacio González,   Bialet Massé y la idea del trabajo nacional,  La Ballena Azul, año I, n°4. Dossier La Cultura del Trabajo, Octubre de 2015





                                              “Son gigantes los hijos de un corazón gigante”. Gracián

     […] Bialet Massé no fue simplemente el obrero industrioso, el lector y escritor infatigable, el hombre poliédrico y multifacial. En el centro de toda su acción había una rica sensibilidad que se traducía en un temperamento vivaz, expansivo, pronto a la emoción y a la efervescencia de las ideas. Sus contemporáneos lo consideraban no solamente dotado, sino principalmente generoso. Se ve en toda su obra al español excelente, ex abundantia cordis, que se vuelca en la acción, en la solidaridad, en la amistad. Quienes lo conocieron lo pintan como un hombre desgarbado y descuidado en el vestir, bajo, grueso, de amplio tórax y cuello corto, el tipo pícnico en fin, que halla su expresión anímica en el temperamento sintónico. Agil, vivaz, movedizo, andaba siempre con las palmas abiertas como buscando algo más que hacer. Compréndese bien que esta diferencia con los doctores, prudentes y fríos calculadores, le atrajeran odios y envidias. Bialet Massé que se entregaba sin reservas debía parecer sospechoso a los abogados cautelosos, a los intelectuales estreñidos, a los políticos aprovechados, a la gente de acción y mentalidad estrecha y mezquina. Solo raramente aparecen en sus escritos rastros indicadores de esta lucha, pero periodistas de la época me han relatado cómo este hombre excelente, mientras escribía sus respuestas polémicas que la maldad e incomprensión ambiente le ofrecían, lloraba silenciosamente de rabia […]
Toda su vida y su obra está estremecida por el amor a la verdad y a la justicia, y no poco seguramente influyeron en ella sus años de juventud y la lucha que en España sostuvo contra el despotismo y la corrupción caciquil. Tanto como la versatilidad de su talento, cultura y don de hacer, admiro en Bialet las virtudes del corazón que poseía en grado muy elevado! Porque de ellas, substancialmente, nacieron su afán de hacer, sus deseos de servir a sus semejantes, de contribuir a la grandeza de la nación que lo había acogido con los brazos abiertos. Ya lo dijo Montaigne: Toute autre sciénce est dommageable a celui qui n’a la sciénce de la bonté…”
Gregorio Bermann, Vida y obra de Juan Bialet Massé. Conferencia dictada en el curso inaugural de Medicina Legal de la UNC en 1935 y luego publicada en La Semana Médica (1939)










































Los que conocimos los antiguos Altos de Córdoba bajo su primitivo manto de pajonal estéril, y la conventual ciudad donde no había más industria que el pan sobado a mano y los confites de las monjas, podemos juzgar de los beneficios del Dique. Todo, hasta el estado intelectual y moral del pueblo, cambió favorablemente merced a esa obra. La luz, la civilización de la luz, digamos así, que destaca a Córdoba como si fuese una ciudad de primer orden, el manejo científico de la energía eléctrica, el mejoramiento de la salubridad con la extensión de área cultivada y la consiguiente supresión de las polvaredas debidas a vientos rasantes, que eran demonios de la muerte repentina; la amabilidad de la flor en el comercio urbano –bajo ese aspecto era la ciudad austera hasta la hurañía - ; la formación de parques y jardínes como el Zoológico, que muchas ciudades europeas querrían para suyo, lo trajo la obra del Dique. Gas y Aguas Corrientes fue el lema de aquellas administraciones meritorias, aunque disipadas. Un día la ciudad ha de pagar estos bienes con el monumento que debe a Casaffousth como lo debe a Juárez Celman y a Sobremonte…Permítaseme rectificar en homenaje a los autores del viejo Dique, entre los cuales merece especial mención el contratista  Bialet Massé, una especie calumniosa para su memoria. Me refiero al costo de cuatro millones quinientos mil pesos que fue el de esa obra y que durante mucho tiempo se consideró, por su pretendida enormidad, prueba fehaciente del consabido robo. No hubo tal. No tengo yo vinculación  ninguna con aquellos hombres, a quienes apenas conocí, ni me guía, en este trabajo allegadizo, así fuera el de hacer méritos en mi provincia ante el sufragio universal, que no busco ni necesito; solamente no puedo ver calumniado a un muerto, por la compasión que me dá el saberlo inulto  sin esperanza y por lo mucho que me subleva el corazón la desatinada ferocidad de la turba.
Leopoldo Lugones
La Nación,  Febrero  , 1917.




El dique San Roque, de Córdoba, fue construido en el increíble lapso de veinte meses durante la gobernación de Miguel Juárez Celman. Fue la obra de ingeniería hidraúlica más importante realizada en el país y en Sudamérica en su época; transformó la economía de Córdoba y puso un hito en nuestro desarrollo energético. Esto ocurría allá por el año 1881. Medio siglo después los cordobeses, todavía solían alarmarse cada vez que caían lluvias copiosas porque se temía el derrumbamiento del dique. La campaña de calumnias y rumores que se había desatado contra Juárez Celman y la empresa contratista perduraba en las mentes de la población. Se decía que el contratista – Juan Bialet Massé – y el ingeniero proyectista – Carlos Cassaffousth – se habían quedado con parte de los fondos públicos destinados a comprar materiales y que, por lo tanto, el dique no era sólido. Bialet Massé, catalán de origen, radicado desde su juventud en la Argentina y casado con una nieta de Francisco Narciso  de Laprida, y el ingeniero argentino Cassaffousth, autor también del ferrocarril trasandino, sufrieron un año de prisión con motivo de esta acusación infame. En una carta drámatica escrita por Bialet-Massé al doctor Juárez Celman, que ya había cesado en su mandato gubernativo, se leen estos párrafos:
 “ Le escribo desde el Departamento de Policía, donde estoy preso por el crimen de haber construido el dique. Con la frente alta y dispuesto a sufrir las consecuencias de haber emprendido y llevado a cabo esa obra, le garantizo por mi honor que el dique es bueno…” “Lo que conmigo se ha hecho es brutal y ha sido porque hay el propósito deliberado de derribar el dique para que no quede nada que venga de Juárez Celman. ¡Bárbaros! No saben que la ingratitud es la peor de las manchas. Esa obra sobrevivirá a los años y ese laurel no podrán arrancarlo de su frente y de la mía, en lo poco que me toca…” “Se repite que el dique no sirve y que no hay otro remedio que deshacerlo. Eso me mataría…” “ Le ruego que no pida y no haga nada por mí, pero le pido hago todo que esté a su alcance para que se conserve el dique.”   []
      La historia reivindicaba a los constructores del dique San Roque y una ciudad cordobesa lleva el nombre del esforzado español que prefería la cárcel a la destrucción de su obra.
      Recordamos este episodio como uno de los tantos ejemplos de la sempiterna ofensiva reaccionaria contra los pioneros del progreso nacional. No ha habido hazaña –militar, política, económica, cultural-  de trascendencia para el afianzamiento  de nuestra nacionalidad y el acrecentamiento de su patrimonio espiritual y material, que no haya sido objeto  de las más irresponsables campañas de difamación tendientes a invalidarlas, menoscabarlas o postergarlas.  
       Durante los solitarios meses de mi confinamiento en Martín García, regresé a las abandonadas lecturas de nuestra historia patria, tan coherente en su apariencia turbulenta y contradictoria, que los hechos de hoy conservan asombroso parentesco con los de antaño. En todo tiempo, quienes quisieron empujar el país hacia adelante fueron acusados de mala conducta administrativa, de cohecho y malversación. Como también a mi gobierno se le habían formulado idénticos cargos, me propuse trazar esquemáticamente esa constante que podemos llamar “de la calumnia” y que en mi caso se había cebado no tanto en mi persona, a la que algunos adversarios generosos eximían de culpa, sino en mis  más cercanos y eficientes colaboradores y ,especialmente, en Rogelio Frigerio y sus amigos. Con lo cual, los críticos más benignos me perdonaban la vida sin razón, pues nada hicieron en mi gobierno los “frigeristas” que no fuera fruto de la más estrecha y leal deliberación con quien asumía entonces y ratifica hoy la responsabilidad ejecutiva.
Arturo Frondizi
Estrategia y Táctica del Movimiento Nacional
(Cap. Cuarto. La corrupción, pretexto para derribar gobiernos populares)
Editorial Desarrollo , 1964






                En 1903, Juan Bialet  Massé escribió un libro titulado La responsabilidad civil en el derecho argentino, donde con esfuerzos de dialéctica, el autor habla de nuestro Código, como del más grande monumento de la legislación moderna, que se adelantó medio siglo a su época, sosteniendo al mismo tiempo que el doctor Velez no legisló especialmente los accidentes del trabajo, con el nombre de tales, pero dio las reglas de la responsabilidad civil de un modo tan completo y preciso, que “todos los casos de todos los objetos del derecho se hallan expresamente resueltos de un modo cabal”. Bialet  Massé, que admiraba con exceso a nuestro codificador, era un espíritu generoso y patriota. Su libro fue escrito en 1903 y en esa época no se había dictado todavía ninguna ley del trabajo en el parlamento argentino…Bialet  Massé, sabía que era necesario crear el alma nacional para formar nuestro pueblo;  por eso alarmado frente a la gran masa extranjera, que traía, sin embargo , elementos étnicos y procedimientos políticos adelantados, predicaba el amor a la tradición argentina y como no había leyes tuitivas de la clase trabajadora, violentaba generosamente los preceptos del Código y encontraba en ellos los principios más adelantados del nuevo derecho que surge como consecuencia de transformaciones económicas que no se habían producido entonces, ni podían preverse. Prueba de lo que afirmo respecto del generoso pensamiento de Bialet  Massé son estas palabras con que él me dedicara su libro en 1904 cuando por primera vez levantaba su voz en el Congreso argentino un diputado socialista, palabras que recordaré siempre y que acaso tuvieron alguna influencia en mi orientación dentro del movimiento de los trabajadores:
“ Yo me consideraría feliz si pudiera despertar en la juventud el amor a la tradición argentina, para que imprimiera al movimiento socialista actual la marcha que corresponde a esa tradición que es buena. El doctor Velez Sarsfield fijó los rumbos. ¿ Por qué ir a buscar en otras razas y en otras tierras lo que será de difícil adaptación al pueblo argentino?”
Alfredo L. Palacios
El Nuevo Derecho
Editorial El Ateneo, 1928    



        La lucha por las reservas en la Argentina fue protagonizada especialmente por las compañías inglesa y norteamericana, que ya entonces se disputaban el petróleo árabe (…) En comparación con la figura de Lawrence,  Jorge Newbery resulta un verdadero héroe de la defensa de los recursos naturales de uno de los países colonizados. Esa práctica tan negativa de impedir la extracción de un recurso natural, no solo se impuso contra nuestro petróleo, Antes de 1907 Argentina ya había sufrido la presión “globalizadora”, por haber utilizado, por primera vez en la región, cal y cemento argentinos en el dique San Roque, que sustituyeron a la cal inglesa y al cemento francés. Este dique fue, en su tiempo, el decimosegundo más alto del mundo y el primero  en volumen de embalse. A pesar de los presagios de los importadores locales y los exportadores de Europa para asustar a la población cordobesa, el dique núnca se rompió. Pero esos intereses lograron llevar a la cárcel a… Bialet, hasta que la justicia lo liberó reconociendo la injusta persecución sufrida.
Fernando “Pino” Solanas y Félix Herrero
Estudio preliminar
El Petróleo
Jorge Newbery y Justino C. Thierry
Coedición Biblioteca Nacional – Ed.Colihue  2007







       A siete leguas al este de la capital provincial, está construyéndose actualmente un dique colosal para atajar las aguas del Río Primero, convirtiendo su cauce en un lago artificial, con un depósito que alcanzará a doscientos cuarenta millones de metros cúbicos…los materiales son de granito y de cal hidraúlica de la fábrica del doctor don Juan Bialet Massé.[…]
       El ingeniero director de la obra y autor del proyecto es el señor don Carlos Cassaffousth, ingeniero formado en Europa, y el encargado director de la ejecución el señor don Anselmo Laso, ex alumno de la facultad de ingeniería de Buenos Aires y del Colegio del Uruguay. […]  
        La idea primordial pertenece al doctor Juárez Celman, actual Presidente de la República y ha encontrado muchos opositores como todas las ideas progresistas: los opositores pretendían y pretenden, que importa un peligro para la ciudad de Córdoba, que la obra no ofrece las condiciones de solidez requeridas, etc., etc. El señor Cassaffousth ha combatido victoriosamente todas las objeciones y ha ido adelante […]
          El dique de San Roque debe ser inaugurado próximamente por el presidente de la República: será indudablemente una solemnidad interesante, aunque no fuese más que por lo pintoresco de la localidad. Ya actualmente es un cuadro curiosísimo el que presenta el aspecto de este taller engolfado en esa garganta de rocas salvajes; esas carpas y esas barracas de madera ó de hierro galvanizado desparramadas sobre el declive de la montaña, esas máquinas de vapor que lanzan sus penachos de humo sobre las moles de granitos, esas casitas colgadas en las rocas como nidos de águila, esas mulas que suben y bajan con sus pesadas cargas, esas cabras que brincan entre las malezas, todo ese hormiguero de hombres y de mujeres que se mueven en todas direcciones hasta que la campana de la administración les llama a la comida y al descanso, mientras siguen retumbando las explosiones de los barenos, como si la montaña se hubiese convertido en un volcán, y todo aquello dominado por el firmamento azulado de la bóveda celeste, con la perspectiva lejana de la cordillera que cierra el horizonte y del río que va serpenteando perezosamente entre los sauces llorones, mientras venga el momento de hacerlo trabajar en beneficio de la humanidad.
           ¡ E pur si muove ! El progreso se abre paso en todas partes, aún en la tierra de las preocupaciones góticas, donde la sociedad aletargada, hipnotizada por el misticismo, perdió tanto tiempo en oraciones y procesiones.
Alejo Peyret
Una visita a las Colonias de la República Argentina













       Les hacemos llegar esta suscinta comunicación con el objeto de informarles que en los días subsiguientes visitará las instalaciones mineras un enviado del gobierno argentino, el señor Juan Bialet Massé. Hemos intentado desanimarlo acerca de la conveniencia de realizar el ascenso hasta las cumbres del Famatina pero nuestro consejo no fue escuchado. El funcionario en cuestión se obstina en emprender esa marcha pues desea recorrer nuestras minas con el fin de informarse sobre las condiciones de vida de los trabajadores por nosotros empleados…Les rogamos sepan recibírlo  con la cortesía que debe distinguirnos. Sin embargo, dada la pretensión de este señor en entrometerse en asuntos que son  de nuestra exclusiva incumbencia, nos vemos obligados a sugerirles, a disgusto, que hagan  lo posible para que este celoso funcionario comprenda que si nuestra empresa es extranjera en esta Nación, él es extranjero en nuestra empresa.

The Famatina  Development Corporation
Of. Ctral – Chilecito, La Rioja
Esquela dirigida a los ingenieros Powers y Koch, 1904
Trímboli, Javier , Mil Novecientos Cuatro. Por el camino de Bialet Massé. Ed.Colihue, 1999






           Habiendo finalizado en el día de la fecha la visita del enviado del Gobierno Nacional, el señor Juan Bialet Massé , nos parece oportuno ponerlos al tanto de los resultados de la misma. Creemos haber cumplido con la recomendación que en su momento se nos hizo llegar respecto del trato que este funcionario merecía, aunque lamentamos tener que informar que ha habido más de un malentendido que pudo haber ensuciado el buen nombre de nuestra empresa. En efecto, luego de recorrer las instalaciones mineras con una parsimonia que logró exasperar a nuestros ingenieros y capataces más sosegados, el señor Bialet Massé lanzó sobre nosotros un rosario de objeciones que sólo enunciaremos. La primera queja se refirió a la situación de los caminos que conducen hacia los sucesivos refugios. Sugiere, a través de una proposición que hace dudar sobre el buen estado de su salud mental, que los mismos tendrían  que estar dirigidos por una tropilla de trabajadores provistos de un juego de banderas, tales como las que se usan en los ferrocarriles. Se mostró indignado por la condición del agua que se bebe en las minas; sus exabruptos llegaban a acusarnos de asesinos. Sufrimos la desavenencia de que encontrándonos en su compañía e internados en la mina, una fuerte corriente de aire impuro apagara todos los candíles que los obreros portaban, dejándonos a oscuras por varios minutos. En su momento nada dijo pero, de retorno al refugio, nos increpó que era incomprensible que una compañía que tanto capital estaba invirtiendo y que tanta ganancia recogería de estas montañas, eludiera gastar la suma irrisoria que se paga por las lámparas de minero. Los accidentes son su obsesión ; los veía por todos lados y aunque nosotros no hayamos hecho mención a ninguno de los pocos que hemos sufrido, tenemos conocimiento de que algunos obreros sí le informaron al respecto. Cuestionó nuestros salarios diciendo que el trabajo en circunstancias tan difíciles debía ser remunerado en consonancia. Se mostró partidario de que la jornada laboral se hiciera más reducida, aduciendo que en las alturas el cuerpo necesita de mayor reposo para reponerse. Otra de sus exageraciones – la única que hizo imposible que la sonrisa no se dibujara en nuestros labios – consistió en llamar a nuestros trabajadores “héroes de la civilización”, “águilas del progreso”. Confesamos no entender aún qué es lo que vió en estos obreros pero su intención era clara: tendríamos que retribuírles la paga que los héroes, si acostumbraran cobrar, merecerían. Por último, se empeñó en demostrarnos que la carga que transportan los apires no debería superar los veinticinco kilogramos dentro de las minas y los treinta y cinco fuera de ellas. Fue el único momento en que contravenimos la sugerencia que se nos había hecho y ganados por el fastidio que tanta intromisión genera –y más aún cuando es en temas que la tradición y la experiencia sanciona indiscutiblemente a nuestro favor-, nos engolfamos en una discusión prolongada. Nos engolfamos porque, efectivamente, fue así; se nos hizo imposible correrlo de su posición y finalmente aceptamos, para su beneplácito, la superioridad momentánea, se entiende, de su postura.


                     El proceder que seguimos fue el que se deja ver en las líneas precedentes, aunque evitando el momento de la confrontación. Nos mostramos dispuestos a aceptar todo lo que nos enseñó y firmemente interesados por los problemas de la legislación laboral. Solo le advertimos que nuestra decisión de enmendar tanta “injusticia” necesitaba de tiempo y que comprendiera que esa situación que nosotros recibimos como herencia, sólo se podrá resolver a través de reformas paulatinas. Hasta hicimos nuestro, al menos por unos minutos, su lema de que “No hay trabajo más caro que el trabajo barato”. Para que su contento sea seguro, ordenamos que, ante sus ojos y en la mañana en que emprendería el descenso, jarrones con agua pura  fueran llevados hacia las minas. Se mostró convencido de nuestra buena disposición aunque demás está decir que por las anotaciones que tomaba – y a las que tuvimos acceso gracias a uno de sus descuidos - , lo que informará al Gobierno Nacional sobre nuestras instalaciones no nos va a ser en mucho favorable. Sus exigencias desproporcionadas son el único malentendido que empañara el nombre de nuestra empresa. Es evidente que,  en su necedad, cree posible que una mina se vista de palacio para el disfrute de los trabajadores.
                      De todos modos, coincidimos con vuestra evaluación de que nada de lo que este hombre alienta tendrá oportunidad de prosperar. El mismo nos hizo saber la escasa ayuda que había encontrado no solo de parte de los patrones de los establecimientos que había visitado, sino también de los funcionarios provinciales. Les rogamos sí, tengan a bien elevar una queja a las autoridades gubernativas que consideren competentes, por el ánimo indisciplinado que esta inspección sembró entre nuestros trabajadores. Es incomprensible que un funcionario del Gobierno Nacional, gobierno que tan solícito se ha mostrado ante nuestras necesidades, llene de odio la cabeza de los obreros a traves de conversaciones que, inexplicablemente, reclamaba hacer sin nuestra presencia y que se prolongaban durante largos minutos. Sabemos que los alentó incluso para que se unieran en sindicato y para que reclamaran al Gobierno Nacional por el cumplimiento de leyes que, según les decía, ya figuran en el Código de minas pero que nosotros pasamos por alto o infringimos.
                       Atte, Ingeniero Juan Koch”
Carta dirigida a The Famatina Development Corporation , 1904
Trímboli, Javier , Mil Novecientos Cuatro. Por el camino de Bialet Massé. Ed.Colihue 1999






One of the show places, in the vicinity of the city, is the great Dique San Roque. It is an immense reservoir which supplies energy for the light and power used in Córdoba. Besides this, it furnishes water enough to irrigate a quarter of a million acres of land. One cannot be long in Córdoba before being asked, “ Have you seen the Dique San Roque?” If the answer is in the negative, one is immediately told, “Ah, you must see the Dique. It is the largest body of water which has ever been stored by man.” The dam was constructed by French engineers and holds nearly nine million cubic feet of water. This huge reservoir and the immense light and power plants operated by it are in marked contrast to the quiet old city which retains so many of the peculiar features which distinguished it during early colonial times.
J.A.Zahm
Through South America’s Southland with an account of the Roosevelt scientific expedition to South America
1916







           Pero parece que una ley implacable pesara eternamente sobre los precursores de la verdad científica para convertir en castigo la recompensa y el merecimiento; como si la gloria humana no pudiera alcanzarse sino por el camino de la persecución o del presidio.
           Era, pues, indispensable, que los constructores del dique de San Roque, descansaran de sus labores bienhechoras a la sombra de un calabozo en las cárceles de Córdoba! Allí pasó mi defendido trece meses asistiendo a la ruina de su posición y de su crédito, y soportando el cargo de defraudador de la renta pública que le imputaba el gobierno de la provincia de Córdoba, fundado en informes del señor Stavelius…Se ve, pues que Don Federico Stavelius no tiene diploma expedido ni revalidado en las facultades de ciencias físicas ni matemáticas de Córdoba, ni tampoco en la de Buenos Aires, ni tampoco en la escuela Nacional de Minas de San Juan. Total, el Sr. Stavelius no es ingeniero en ninguna parte, por lo menos no es ingeniero ante la ley argentina, por más que los Gobiernos o las complacencias de la profesión, lo hayan elevado hasta Vicedirector del Departamento de Ingenieros o actual ingeniero jefe de las obras de Salubridad. Será jefe pero no es ingeniero.
Roque Saenz Peña

Derecho Público Americano: Escritos y Discursos,1905








       La primera huelga en que me fijé con especialidad fue la de los estibadores del Rosario en 1901.Justa a más no poder ser, en el fondo, puesto que reclamaban disminución de horas de trabajo y aumento de sueldo, teniendo en tan rudo trabajo la jornada de sol a sol, con bolsas de 100 y más kilos y un jornal de 2,50 a 3 pesos, que no les alcanzaba para comer.[…]
       Los patrones, por su parte, estaban resueltos a mantener sus expoliaciones, y celebraron varias reuniones, en las que tampoco escasearon los calificativos; decían que estaban amparados por la ley y contaban con la policía; pero el jefe político no entendía que debía ponerse al servicio de una parte y en contra de la otra, y sí mantener el orden; y oí a un buen señor alemán que me dijo que la policía no servía para nada, que el jefe político estaba con los anarquistas, que era una trompeta y tal sarta de disparates, que me hizo el efecto de un libertario con el saco dado vuelta; creo que estaba indignado de que yo no le hiciera coro, y se quedó estupefacto cuando le pregunté: y dígame, señor, tan robusto y fortacho
como es usted, ¿ha cargado usted alguna vez una bolsa de 100 kilos?
 –no, me contestó, pero eso ¿qué tiene que hacer en la cuestión?
Pues vea, yo sí la he cargado y llevado como veinticinco pasos; todavía me duelen los hombros y el pecho y las piernas y el alma cada vez que me acuerdo, y han pasado veinte años; cargue usted una, ande si puede diez pasos, y después me contará si los estibadores tienen razón de negarse a cargar de sol a sol semejante peso.
-¡Oh! Pero usted y yo no somos esas bestias que no sirven para otra cosa que para cargarlos.
El buen señor se fue convencido de que la Bolsa del Rosario tenía un abogado libertario, un anarquista peligroso”.
Juan Bialet Massé
Informe sobre el Estado de las Clases Obreras Argentinas
Vol II,  Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires
2010










                   
  Yo creo que es bastante complicado todo ese período del 80. Porque a mi juicio ha habido una influencia del Nacionalismo Clerical de liquidar a la generación del 80’ diciendo que son extranjerizantes y listo. Algunos de ellos eran extranjerizantes pero había otros tipos que tenían una visión bastante avanzada en algunas cosas. Incluso Carlos Pellegrini que se lo recuerda como fundador del Jockey Club. Ademas Carlos Pellegrini planteaba que el sistema social que está organizado no puede funcionar porque provoca un conflicto entre patrones, empleados y obreros. Y que entonces, lo mejor sería crear una propiedad social. Hizo un artículo, que no sé que ha provocado en ese momento…En ese artículo precisamente está hablando de socialismo.Incluso Ugarte empieza a escribir en El País que era propiedad de Pellegrini. Y yo creo que con Bialet Massé pasa lo mismo.
                     Bialet Massé era un tipo muy avanzado, que se anima a hacer el asunto del Dique San Roque en Córdoba, que provoca un gran escándalo porque la iglesia de aquel tiempo considera que era intentar modificar lo que había dispuesto Dios de que un río fuera por tal lado. Y entonces hicieron unos líos tremendos diciendo que iba a haber sanción divina. Fueron detenidos Cassafousth y Bialet Massé. Y resulta que el dique se hizo bien, paso por toda una serie de problemas temporales y se logró sin ninguna dificultad. Yo digo que hay gente que estaba en offside. Es decir con respecto a su época estaba en offside políticamente. Es decir, estaban más adelantados que la pelota, por lo tanto tenían problemas. Pero la tarea de investigación que hace Bialet Massé es muy importante. Después lo mandan de nuevo a hacer otra tarea de investigación, y de ahí sale un código de trabajo que lo presenta al Parlamento el Ministro del Interior Joaquín V. González.
Norberto Galasso
Conversaciones sobre lo público. Entrevista a Norberto Galasso. Revista de Debate Público 
n°2 , 201











             Se Cordoba sí é meritato l’epiteto di “dotta” di “Roma Argentina” per le sue tradizioni di studio, di civiltá, di progresso scientifico, essa merita ora quello di “ardita” per due grandiose imprese che seppe effettuare. Ne vo’ parlare.
              Bisogna sappere che il Rio Primero, bagnando Cordoba, andava a versare le sue acque, infruttuosamente, specie nelle epoche delle crescenti, nei terreni arenali del mar Chiquita, a nord-est della cittá; mentre, invece, vastissime zone di terreno, a nord e a sud di Cordoba, rimanevano aride e infruttuose, a causa della siccitá. A circa 50 chilometri da Cordoba, ad ovest, esisteva la valle di San Rocco, dove i due fiumi, rio San Rocco e rio Cosquin, unendosi, formavano il Rio Primero. Questo fiume dopo di aver attraversato una parte della valle, indi strette e pittoresche gole di monti, passava, come dissi, per Cordoba e andava a versarsi nel mar Chiquita.
              Si tratava, adunque, di profittare dell’abbondanza d’acqua del rio Primero, formando della valle di San Rocco un gran bacino, un lago artificiale, onde, colmezzo di canali irrigare le su accennate zone di terreno che languivano per mancanza d’acqua. Cosí ideata l’opera idraulica, ardita e geniale, essa fu eseguita in cinque anni di lavoro e costó circa 10 milioni di franchi. Mi recai a visitare quel lavoro ciclopico.
              Si va fino alla ex_valle di San Rocco in vettura. Lici si trova dinanzi ad un lago artificiale, il piú esteso che asista al mondo, avendo una capacitá di 250 milioni di metri cubici d’acqua: quello di Liverpool ne contiene soltanto 70 milioni…
              […] In una mezz’ oretta di navigazione, si giunse ad una stretta gola di monti, dove si presentó alla nostra vista una diga colosale, biancheggiante sullo sfondo di quel verde panorama.
              Con quella diga, senza togliere al Rio Primero il suo corso regolare d’acqua, se ne arrestarono le piene, concentrandole nella valle e formando il lago San Rocco. La diga é lunga 160 metri, alta 37 metri, larga alla base 50 metri: sopra di essa si passeggia cómodamente.
               Nel mezzo, rivolto verso il lago, sorge un busto del dottor Juarez Celman, ispiratore del lavoro. La diga sta a 184 metri sopra l’osservatorio di Cordoba il quale é a 30 metri sopra il livello della cittá di Cordoba. Nel suo fondo la diga é attraversata da un grandioso tubo, dal diametro di 1,14 metri, da cui, col mezzo di congegni meccanici di facilissimo maneggio si lascia passare la quantitá d’acqua di cui si abbisogna. L’acqua del lago passando attraverso  quel tubo con inmensa violenza, produce una forza motrice di 2000 cavalli ché verra, col tempo, sfruttata a scopi industriali.           
             Cosi il Rio Primero non sciupa piú indarno le sue acque, ma scorre modestamente tra monti fino all’ altra diga di Mal Paso, a circa quaranta chilometri da San Rocco, dove col mezzo di altri congegni  idraulici  l’acqua  é ripartita ai due grandi canali artificiali d’irrigazioni, uno in direzione nord,, l’altro in direzione sud […] 50,000 ettari di terreno venero ridati  alla vita, alla vegetazione, alla fertilitá.
             Un nuovo tronco ferroviario che parta da Cordoba, rasenta il letto del Río Primero fino al lago San Rocco e arriva fino a Cruz del Eje. Quando será terminato, il lago San Rocco diventerá il ritrovo prediletto estivo delle high-life cordobese. Su quei lavori ferroviari sono occupati, quasi esclusivamente, operai italiani: e  operai   italiani  eseguirono  pure i lavori piú difficili della sudetta opera idraulica.
              Nel ritorno dalla diga, attraversando il lago, vidi sorgere sopra il livello dell’acqua, una croce bianca di pietra. É la croce del campanile della chiesa di San Rocco. Nella valle, ora lago artificiale, il piú pittoresco che si possa immaginare, esistevano due o tre paeselli, con almacenes, pulperias e con una piccola chiesa dedicata a San Rocco. Tutto ció sta ora sommerso sott’acqua, per sempre. Cosi volle l’uomo, usando violenza alle leggi di natura”
Giuseppe Modrich y su descripción de la obras de riego del Dique de San Roque en: “Repubblica Argentina. Note di viaggio” , 1890





El vulgo estúpido , ese que rinde culto a cualquier bestia que lleva en el bolsillo unos  cuantos billetes sucios, adquiridos quien sabe como y de cualquier manera, el que para enumerar las cualidades de un hombre empieza por decir que tiene buena casa, lleva billetes y viste bien; el mezquino que tiene la moral, la patria y el honor en el fondo de su caja de hierro, no entenderán que se puede hacer una obra semejante, no solo no ganando sino sacrificándole una fortuna adquirida a pulso; y bien hasta para eso; mis procederes tienen una explicación si admiten que los hombres deben dejar algo a la confianza en los demás.

Juan Bialet Massé

“Proceso”

                                              

                                                                                                                

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